PAGINAS DEL PROYECTO ARAÑANDO

LA CULTURA DE LA DROGA
Parece que existe un nexo entre las experiencias alucinatorias de la cultura de la droga y la reviviscencia del interés por el diablo. Pablo VI afirmó la existencia de este nexo en la audiencia general del 15 de noviembre de 1972. Quizá muchos "diablos" sean producto de imaginaciones mórbidas y arruinadas por la droga. Cuantos creen que Dios ha creado al hombre a su imagen y semejanza descubren una cierta ironía dramática en el hecho de que los hombres hayan creado en diferentes épocas de la historia imágenes diferentes de Satanás a semejanza de su psique desordenada y de sus imaginaciones enfermizas. La condición patológica de la vida fantástica hace al hombre particularmente propenso ala experiencia de lo diabólico.


II. El significado de diablo


Una vía válida para entender la naturaleza de la mente humana es analizar los mitos que ella crea. La imagen de Satanás que ha prevalecido a lo largo de la mayor parte de la historia judeocristiana, contiene lo que se considera mal y pecaminoso. David Bakan afirma que presenta huellas de la naturaleza de la mente humana y que su análisis permite revelar constelaciones psicológicas precisas. Bakau, profesor de psicología en la universidad de Chicago, estima que Satanás es una proyección en la que están personificadas las fuerzas guía de la psique humana. Las características atribuidas a Satanás son universales en el hombre y, a través de su valoración, podemos llegar a comprender mejor las fuerzas impulsoras existentes en el hombre mismo. Aunque no parece que el profesor Bakan crea en la existencia independiente del diablo y de los diablos como inteligencias (seres espirituales), su estudio sobre el significado del diablo corrobora el significado que la teología cristiana tradicional le atribuye como ser existente en forma personal. Este significado corresponde a los efectos del ¡nflujo espiritual que él ejerce en las vidas humanas; con esto Bakan nos ayuda a profundizar y renovar nuestra teología de lo demoníaco.


Según Bakan, la proyección de la figura de Satanás como ser "diverso" y distinto de la persona que concibe la imaginación, se debe al esfuerzo del individuo por conseguir la experiencia del mal personal, proyectándolo fuera de sí. Cuando san Ignacio de Loyola dice a propósito de Satanás como "enemigo de la raza humana", implica el carácter extraño del mal: es hostil a la naturaleza humana y a su bienestar y no "pertenece" a la experiencia humana.



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